El futuro de los coches eléctricos pasa por una gran cuestión a resolver: las baterías.

Se plantean dos problemas: la fabricación para alcanzar toda la demanda y, sobre todo, su reciclaje.

Según Xataca, web de noticias sobre tecnología, LG Chem, el gran fabricante de baterías chino, ha anunciado una inversión de 500 millones de euros para alcanzar en 2021 una producción que soporte hasta 300.000 vehículos. Hasta ahora fabricaban para 100.000 y han comprobado que no es suficiente para cubrir sus pedidos.

Una de las muchas ventajas de los vehículos eléctricos es la utilización de energías renovables que nos ayuden a frenar el cambio climático. Pero, ¿qué pasará cuando sus baterías ya no sirvan? Sus componentes son altamente contaminantes, tienen una duración media de 8-10 años y no podemos permitirnos no tener un plan para las cientos de miles que habrá dentro de poco.

En la Unión Europea, actualmente, solo se reciclan el 5 % de las baterías de litio (que es el material estrella) que salen al mercado. Y esto presenta un problema mediambiental, pero también una dependencia de los recursos de fuera de nuestro continente.

El proceso para reciclar el litio es complejo y costoso, por lo que los propios fabricantes, que por las leyes europeas son obligados a hacerse cargo, están destinando recursos para averiguar cómo mejorar ese proceso.

Por ejemplo, Toyota está invirtiendo casi 14.000 millones de dólares en investigación sobre baterías, según cuenta la web Híbridos y Eléctricos.

Para impulsar los avances tecnológicos en el sector, tanto en el reciclaje como en el rendimiento y autonomía, la Unión Europea promueve iniciativas como el proyecto Batteries 2020 que persigue aumentar la vida útil de las baterías y su reutilización como acumuladores para energías renovables. España, junto a otros cinco países europeos, se encuentra entre los países socios.

Otras alternativas: la canadiense OnTo Technolgy produce materiales para fabricar los electrodos a partir de baterías agotadas; Eaton y Powervault estudian darle una segunda vida como celdas de almacenamiento de energía en los hogares; el proyecto ALISE de baterías de litio-azufre que quiere evitar depender del cobalto; el proyecto E-Magic (coordinado por Cidetec en el País Vasco) que elabora baterías de magnesio que evitará usar litio…

Cada poco tiempo podemos descubrir nuevas iniciativas de fabricantes y empresas tecnológicas y energéticas que se alían para darle una solución al reciclado de las baterías. Una encrucijada para llevar al coche eléctrico al siguiente nivel.

Fuente: Endesa, RACE, foeeurope.org, Comisión Europea

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